La atención a la diversidad, como principio subyacente al sistema educativo español, establece el objetivo de proporcionar a todo el alumnado una educación adecuada a sus características y necesidades. De ello se deriva la necesidad de dar una atención educativa diferente a la ordinaria a aquellos alumnos que, sea cual fuere el motivo, no estén desarrollando al máximo sus capacidades en el contexto de la enseñanza escolar y universitaria. Sin embargo, la atención a este alumnado debe estar guiada por los principios de normalización e inclusión, proporcionando recursos y estrategias que posibiliten un desarrollo del currículo escolar y universitario.
El objetivo es que a lo largo de todo el sistema educativo se consigan eliminar las desigualdades y se proporcionen las mismas oportunidades formativas a todos y cada uno de los alumnos.